Perú aspira a convertirse en el principal centro logístico del Pacífico sudamericano con la construcción del megapuerto estratégico en el puerto de Chancay, ubicado a 80 km al norte de Lima, la capital del país. Este ambicioso proyecto, con una inversión proyectada de US$ 3,6 millones y una compleja obra de ingeniería, tiene como objetivo enlazar el comercio con Asia y conectar con los países vecinos de Ecuador, Colombia y Chile.
El gobierno peruano tiene grandes expectativas de captar el 50% del movimiento de comercio, entre América del Sur y China valorado en US$ 580 millones. Actualmente, China es el principal socio comercial de Perú, superando incluso a Estados Unidos de Norteamérica, y se espera que el futuro terminal portuario de Chancay refuerce aún más esta relación.
Se prevé que este centro neurálgico del comercio internacional entre en funcionamiento durante el segundo semestre de 2024. Con ello, se espera reducir significativamente el tiempo de traslado de materias primas, alimentos, minerales y otros productos desde y hacia China, disminuyendo de 40 a 26 días y logrando una reducción de costos logísticos del 15%.
Una de las ventajas del puerto de Chancay es su profundidad, lo que permitirá recibir los buques Triple E, considerados los más grandes del mundo, con una capacidad de carga de 18 mil a 21 mil contenedores. Esto convertirá a Chancay en el único puerto del Pacífico sudamericano con esta capacidad.
La ubicación geoestratégica privilegiada del hub portuario, que se enrumbará hacia el Asia-Pacífico, lo posicionará como un mercado internacional clave que atraerá el comercio mundial.
El proyecto está a cargo de Cosco Shipping Ports Chancay Perú, un consorcio cuyos accionistas son la empresa estatal china Cosco Shipping Ports Limited y la empresa privada peruana Volcan Compañía Minera S.A.
La construcción del megapuerto no solo tendrá un impacto significativo en el comercio y las relaciones internacionales, sino que también se espera que beneficie la zona de influencia con un desarrollo económico sostenible, la creación de empleos tanto directos como indirectos y una mejora en la infraestructura, que incluirá la expansión de carreteras, la implementación de centros médicos y educativos, la construcción de viviendas y la creación de espacios de esparcimiento, entre otros.